jueves, 10 de diciembre de 2015

[Siri] ¡Hola de nuevo!

«¡Aaggggh!». Me ha costado mucho, sangre sudor y lametones, pero por fin estoy aquí sentada de nuevo. ¿Me echabais de menos? Sé que sí, ¿qué ibais a hacer sin vuestra princesa?

¿Cuánto tiempo ha pasado desde la última vez que escribimos? ¿Dos meses? ¿Tres? Vale que El Gordo no haga nada, que para algo es un vago, ¿pero cómo he podido descuidaros yo? No os preocupéis más, que en seguida empezaréis a ver mis fotos, mi cara y mis patitas por aquí, porque hemos vuelto, y lo hacemos para quedarnos.



martes, 15 de septiembre de 2015

[Koko] ¿Por qué te hacen daño, amigo? Rompesuelas

Estaba con Mamá sentado, mirando a la tele, y se me partía el corazón. La verdad es que nunca me suele gustar lo que sale en esa pantalla, siempre hay gente gritando, pero consiguió captar mi atención. Y a mí los ruidos fuertes no me gustan. Miles de recuerdos volvieron a mi cabeza. ¿Por qué los humanos a veces se comportan así? Me acordé de mi anterior familia, esa que me había cuidado cuando era muy pequeño, que me acariciaba la cabeza y la tripa que me quería, pero que cuando me hice más grande de lo que a ellos les gustaba empezaron a odiarme. Me pegaron, me hicieron muchas heridas e incluso me golpearon con vasos y tazas. Sé que mi familia actual nunca me haría nada así, pero me da pánico ver a alguien tan grande sujetando una de esas cosas.


miércoles, 9 de septiembre de 2015

[Siri] Pelotas que brillan

¡Hermanito ha vuelto de vacaciones! Ya solo falta que Hermanita esté aquí para qu!e volvamos a estar toda la familia reunida. La verdad es que con Mamá y El Gordo se está bien, pero a mí me gusta tener más actividad en casa. Cuántos más haya más pueden jugar conmigo a tirar. Es que El Gordo sigue sin jugar a nada, aunque si os digo la verdad me da lo mismo. Él es un rollazo. Lo bueno de que se acabe el verano es que también llegan todos mis amigos. ¡Ayer estuvimos jugando en el descampado! Nos tiramos unos encima de los otros, corrimos, les tiré del moflete… Todo es perfecto. Además, en ningún momento vino El Gordo a molestar y a ladrar. Él, como siempre, estaba con Mamá. No hay quién le despegue de ella. Supongo que Mamá lo adoptó por pena, ¿qué sería de esta familia sin mí?



miércoles, 2 de septiembre de 2015

[Koko] Rayos y truenos

¿No estábamos en verano? ¿No se supone que tendríamos que estar sudando todo el rato? Vale, vale, la verdad es que la mayor parte del tiempo lo hemos estado sufriendo, pero… ¿por qué tienen que caer estos rayos? Son insoportables, se meten dentro de mi cabeza y me asustan. Cuando los escucho solo quiero subirme al sofá a que me abracen. 


miércoles, 26 de agosto de 2015

[Siri] Es mi cumple, ya tengo un año

¿Sabéis qué? El martes fue mi cumple, ya tengo un año. Ha pasado muy rápido el tiempo desde que llegué a esta casa en septiembre del año pasado. Durante este período he experimentado como las casas encogen. Cuando llegué apenas podía beber agua y ahora veo como se ha hecho más pequeña hasta la mesa. Antes estaba muy alta, mientras que actualmente con solo levantarme puedo coger cualquier cosa que haya en ella.



Además, El Gordo, o bueno, Koko, me respeta más. Ya sé defender mi comida, aunque la mayoría de las veces me la sigue quitando cuando estoy por ahí jugando. Eso sí, soy bastante más inteligente que él, que no sabe distinguir quién tiene un chicle para ir a pedirle. Se equivoca de persona… Es tan tonto que yo creo que no puede considerarse ni perro. Solo sabe recibir abrazos.

jueves, 20 de agosto de 2015

[Koko] Zanahorias

¿Sabíais que existe una cosa naranja que se llama zanahoria? Yo la descubrí el otro día y os la recomiendo. ¡Está riquísima! Cuando la tienes en la boca y la masticas sientes como cruje a la vez que el sabor te impregna las papilas gustativas. Además, ¿habéis visto su color? ¡Es naranja, NARANJA!



Todo sucedió hace unos pocos días. Mamá, la otra y yo íbamos de paseo. De pronto Mamá nos miró y nos dijo que tenía que entrar un momento en la tienda, que nos dejaba en la puerta pero que saldría pronto. «Genial, otro rato más aguantando a esta», pensé. Mamá se metió y la otra empezó a lloriquear, como siempre. Y dale… hasta que no salió no paró de molestar. «¡Me das dolor de cabeza!»; «¿Qué eres? ¿Una radio o una perra?». Lo que tengo que aguantar.

jueves, 13 de agosto de 2015

[Siri] Yo también soy especial

No, no, no, ya está bien. No me dejan tranquila. Haga lo que haga tiene que haber alguien que me diga «no». Y además no te creas que lo hacen con cariño, para nada. Me gritan todo el rato. ¿Pues sabéis qué os digo? O me lo pedís correctamente o voy a seguir haciendo lo que quiera.

No me dejáis ser feliz, no puedo hacer nada. Si muerdo la zapatilla «Siri, no muerdas la zapatilla»; si lo hago con el sofá «Siri, deja tranquilo el sofá»; si salgo corriendo y salto a recibiros «Siri, aléjate, haces daño, tienes las uñas muy largas»… ¡Y así con todo! ¿Qué pretendéis conseguir? ¿Que sea tan dócil y tonta como Koko? Ni hablar. Su vida es aburrida. Consiste en tumbarse en el sofá e irse a al suelo cuando se cansa. Anda lento, como si los años le pesasen. Además es un gruñón mimado. ¿Por qué a mí no me queréis tanto como a él?



A él nunca le reñís, da igual lo que haga. Os dais cuenta de que me quita los premios y vosotros solo os reís. Claaaro, cómo es el primero que llegó, pues para él todas las ventajas. Que sepáis que cualquier día cojo la puerta y me voy. ¡Ya está bien! Exijo mis derechos. Quiero que me acariciéis la tripa como lo hacéis con él. Que os riáis de mis gracias y que juguéis conmigo siempre que quiera. Que me dejéis meterme en las habitaciones y tumbarme con vosotros. Él nunca tiene problemas en entrar a ningún sitio y yo casi siempre veo como cerráis la puerta delante de mi morro. No es justo. Yo no soy mala.

En él solo os fijáis en lo bueno, mientras que en mí en lo malo. Cuando salimos a pasear, él tira y yo no lo hago. Ladra a todos los perros que nos cruzamos y me impide acercarme a conocerles y jugar. ¿Os habéis dado cuenta de que él no tiene casi amigos y a mí todos me quieren? ¿Y vosotros? ¿Por qué le preferís a él?



Además él tiene la comida mucho más rica. A mí me cambiáis de marca todo el rato y ninguna es ni medio comestible. Sin embargo, él tiene todos los días su manjar de pienso especial. Yo también quiero comer de eso… ¿Y ese premio que le dais todas las mañanas y noches? Sí, sí… ¡ese que llamáis «pastilla de la vida»! Yo no sé que significa «vida», pero tiene que ser muy sabrosa si Koko se la quiere comer siempre.

¿Y cuando me quita mis juguetes? Lo hace delante de vuestros ojos, y no hacéis nada para evitarlo. Cada vez que voy a jugar a tirar, aparece él y me lo roba. Yo pienso que quiere divertirse conmigo y por eso siempre hago un poco de fuerza, pero él lo que quiere es que no le moleste, así que me gruñe y me pega con la pata en la cabeza hasta que lo suelto. Os estáis equivocando de mascota favorita. Yo nunca os voy a dar tantos problemas, pero claro, como el niño vino de un albergue con traumas se lo perdonamos todo, ¿no?



Quiero que la próxima vez que me quitéis un juguete, que me riñáis, o que veáis como me quitan un premio, penséis en que yo también tengo sentimientos, en que también soy especial a mi manera. Siento mucho que no me hayan pegado y abandonado como a él, pero también quiero que me cuiden.

Siri


jueves, 6 de agosto de 2015

[Koko] ¡Me ha picado una araña!

Ya no puedo pasear tranquilo. Cada día me quitan más placeres. ¿Qué será lo siguiente?

Desde el día que os conté que se me habían clavado varias espigas en las orejas no he vuelto a pasear por el bosque. Mi familia dice que lo hacen por mí, pero yo no les creo. Estoy seguro que es el calor lo que les hace estar perezosos, porque si no, ¿para qué vamos al vallado, donde hay tantas espigas?



Ahora casi siempre voy atado. Hermanito me dice que él prefiero estos paseos. Nos movemos los dos y no estamos parados bajo el sol del descampado. Lo entiendo y por eso no me quejo. Además estoy alejado de todos esos problemas que he experimentado durante mis tres años… o eso creía.

jueves, 30 de julio de 2015

[Siri] Un mes para olvidar

Por fin he podido apartar a este gordo de la pantalla. Últimamente solo quiere escribir él, y cuando le intento quitar me ladra. Vosotros no lo habéis visto, pero bajo ese aspecto fofo hay espacio suficiente para que resuene un gruñido muy fuerte.

Como habéis podido imaginar, sí, después de tanta espera y entradas sin sentido que hacía mi hermano, hoy Siri vuelve a coger los mandos. Ya podéis estar felices.



Aunque hoy no tengo nada bueno que contar. No, no, no. Todo lo contrario. Quiero explicaros el mes tan malo que he tenido.

sábado, 25 de julio de 2015

Mamá, ¿dónde estás?

¡Guau!

«¿Mamá? ¿Dónde estás, Mamá?»

No puede ser. Me han vuelto a abandonar. «¿Dónde se ha metido?» Vi salir por la puerta a Hermanito con Mamá y solo ha vuelto él. Al principio no me había preocupado. Seguramente se había ido a dar una vuelta con alguna amiga, no puedo pretender ser yo el único que le dé felicidad dejándome acariciar, pero es que ya han pasado más de dos paseos ¡Y ella no aparece!

¿Se habrá cansado de mí? Seguro que ha encontrado otro perro más bonito. No, no… eso no es posible. ¿Más bonito que yo? Lo más probable es que vuelva más tarde. ¡Ya sé! Voy a darle una sorpresa. Bajaré hasta la puerta de su habitación y esperaré allí hasta que vuelva.




jueves, 16 de julio de 2015

¿Estoy en la Gran Vía de Madrid?

Hoy os traigo algo distinto. Si alguno de los presentes acostumbra a leer mi blog principal, sabréis que una de las cosas que más me gusta hacer con mi tiempo es aprender, y que por ello he dedicado muchas horas este año ha realizar diferentes cursos. El último que he llevado a cabo era uno de comunicación escrita en Cálamo & Cran, en cuya prueba final me daban la oportunidad de redactar un texto que contase la historia de un perro que se despierta en la Gran Vía de Madrid, entre otras muchas opciones. 

Está claro cual elegí, ¿verdad? Os dejo con mi pequeño relato. Espero que os guste leerlo.


sábado, 4 de julio de 2015

Mi nuevo mejor amigo

Gua… agua….

Hace calor. No sé si lo habéis notado, pero hace mucho calor. Parece que estoy en la máquina que  cocina salchichas. Y si tú tienes calor, ¡imagínate yo! ¿Has visto cuánto pelo tengo? Y aun así me toca hacer todas las tareas del hogar: jugar, abrazar, ladrar… me siento estresado en esta época del año. Si hubieseis visto los gritos que metían el otro día las amigas de mi hermanito cuando fui a saludarlas. ¡Y una me llamó gordo! A esa me la voy a comer la próxima vez.



Cuando salgo a pasear me quiero volver pronto a casa. Salchichas, si es que la lengua se me seca de tanto sudor.  Sé que le estoy haciendo un favor a mi hermanito, que así puede estirar las piernas, pero oye, que esto es imperruno… Ya no tengo ganas ni de ladrar al resto de los perros. Con eso os lo digo todo.

sábado, 27 de junio de 2015

¡Cumplo tres años!

¡Guau!

Últimamente no hacen más que molestarme. Estamos en esa época del año en la que los ruidos de los petardos están resuenan en las calles y no entiendo por qué. Si me dan miedo, ¿por qué los utilizan? Si yo no ladro cuando están durmiendo ellos también deberían respetarme, digo yo.



Pero bueno, que eso no es todo. El otro día mi hermanito y su novia decidieron reírse de mí. Yo que siempre estoy preocupado por ellos, que cuando se tumban juntos en algún lado voy y me coloco en medio para que no se sientan solos, que cuando ella llega me tiro encima para demostrarle cuanto la quiero y que todas las mañanas voy a la cama de mi hermanito para avisarle de que ya es de día, empezaron a traerme globos. ¡GLOBOS! Esas cosas que caen lentas por el aire, que tienen forma redonda y que si los pisas hacen ruidos que asustan.

martes, 9 de junio de 2015

No puedo ni respirar

¡Gua…! ¡Necesito aire!

Mmmm… ¿Por qué demonios hace tanto calor? ¿Me han metido dentro de alguna especie de máquina en la que las personas hacen comida? Qué mundo más raro este, hay días que cae agua del cielo, otros que hace frío y que me pongo cerca del aparato que hace de Sol… y luego otros en los que hace tanto calor que parece que me voy a cocinar.



Además, entre tanto calor, me siguen obligando a salir a la calle a todas horas. Que si no me haga pis aquí, que si mejor en la calle. ¿Cómo quieres que salga a la calle si cuando pongo un pie fuera parece que me estoy derritiendo?  Yo soy una señorita, así que si quieres que no lo haga en casa me pones un bote debajo cuando tenga ganas. Yo salir a la calle en medio de este bochorno…

Pues hoy, cuando he vuelto de dar un paseo —tortura—, mi hermano me ha dejado subir con él a su habitación. La verdad es que últimamente estoy consiguiendo que pase más tiempo pendiente de mí y menos del gordo. Si es que yo le tengo que gustar más, al otro perro no le gusta hacer nada, solo dormir y comer. ¡Yo juego a tirar! Bueno, cómo os decía, subimos a su habitación. Él se puso a hacer cosas delante del ordenador, y yo me tiré en la cama. Es incluso más cómoda que el sofá, te puedes estirar totalmente y no tienes al otro quejándose por todo. Koko, estás amargado, que lo sepas.



Cuando estaba tirada en la cama, mi hermano cogió una cosa rara de plástico y le dio a un botón. Algo se empezó a mover encima de mi cabeza, dando vueltas como si se tratase de un insecto gigante batiendo sus alas. Que rico que estaría comerse un bicho así de grande… Y de pronto, fresquito. Cómo son estos humanos, dándole a un solo botón son capaces de hacer que llueva, de que sople el aire…

No os podéis imaginar lo a gusto que estuve allí tirada mientras mi hermano me acariciaba la cabeza. Ojalá me dejasen siempre estar tan tranquila en vez de estar riñéndome todo el rato… que no soy tan mala.

Un rato después mi hermano me llamó. Tenía hambre y quería hacerse algo. Genial, igual a mí me caía algún trocito. En lo que me fijé en este momento es que, por mucho que me deje estar más tiempo con él, sigue sin fiarse de mí. ¡No me deja quedarme sola! Ni que le hubiese roto tantas cosas…

Bajamos y se hizo un sándwich. Se lo comió lento, mientras yo le miraba fijamente, diciéndole con la mirada que, por favor, me diese un trocito. Pero nada, ni caso. Ni una pequeña migaja. Así que cuando terminó le toqué con la patita en su pierna para que se agachase a acariciarme, y ahí… lengüetazo al canto y a llevarme todos los restos que quedasen en sus labios. Algo es algo, y estaba bastante rico…



Entonces me di cuenta de que hoy había sido muy poco agradecida con él: había puesto el viento para mí, me había acariciado e incluso me había dado un poco de comer. Además, nada más levantarse me había sacado de paseo… y yo no había hecho nada por él.

Por ello corrí al salón, busqué mi tigre de juguete y se lo llevé para que jugase conmigo. En mi casa les encanta jugar a tirar. Que a ver, el juego está entretenido y eso, no sé que cosa tan especial le ven, pero bueno, me sacrifico porque estén contentos. Ay que ver lo difícil que es ser perro hoy en día.

Tiró, y tiró, y volvió a tirar. Yo le seguía el juego y tiraba también. Tiene poca fuerza el pobrecito. Siempre gano yo, no hay nadie que me gane justamente a tirar. Soy la mejor. Solo me lo quita Koko y es porque me hace trampas. O me ladra y me dice que me voy a enterar o me lo quita con la pata. ¡Koko, las reglas son claras! ¡Solo se puede usar la boca! ¡La boca vale para más cosas que para comer, Tonelete!



Así que al final, me volví con él a su habitación y nos volvimos a tirar. Él veía algo en la caja de los brillos y yo me tiré encima suyo, hasta que me aburrí y me puse a investigar…

Siri





miércoles, 3 de junio de 2015

¡He perdido un kilo!

¡Guau!

¿Hace ya casi una semana que no me paso por aquí? No me he dado ni cuenta, esto de que sea veranito y que me hagan caminar horas bajo el sol desorienta a cualquiera, incluido a mí.

Porque sí, como ya os conté el otro día, el hecho de que se me metan cosas puntiagudaspor el oído ha hecho que mis dueños ya no me lleven al descampado a jugar con otros perros. Echo mucho de menos poder correr y ladrar detrás de esos que intentan quitarme mi territorio, pero lo bueno de dar paseos es que estoy descubriendo que muchos han osado marcar mi ciudad. Así que ahora tengo la firme misión de volver a dejar claro qué es mío y qué no se puede tocar.

sábado, 23 de mayo de 2015

Levantarse con la pata izquierda

¡Guau!

Hay días que te levantas con la pata izquierda, y no, no me estoy refiriendo a aquellos en los que hay menos comida o no te dan los mimos necesarios, no. Me refiero a esos días en los que notas que todo te sale mal y que tu suerte brilla por su ausencia. Esos son los días en los que te levantas con la pata izquierda. En los otros, como mucho, te despiertas con la pata derecha trasera.

Hoy han pasado cosas que van a marcar mis meses de verano, y ya os lo advierto, no son nada buenas. ¡He tenido que ir dos veces al veterinario! Me han hecho muchísimo daño.

Para los que no me conozcáis, voy a intentar poneros en situación. Tengo un pelaje y unas orejas preciosas, que son la envidia de cualquier ser de la naturaleza. Lo que pasa es que, para no ser de forma tan clara el ser más maravilloso del mundo, el Dios Salchicha tenía que fabricarme con algún desperfecto, para evitar que las envidias delas que dispongo fueren mucho más altas que las que hay ahora mismo.


Ese desperfecto es que soy propenso a que se me claven espigas, o ramitas secas picudas, en los oídos.

domingo, 17 de mayo de 2015

Soy un princeso

Me gusta que me abracen, me gusta sentirme único. No es algo tan raro, ¿verdad?.

Por todo lo que os he contado sé que puedo parecer un poco gruñón, pero la realidad es que eso no es más que una fachada para protegerme del resto del mundo. En el fondo soy todo amor… y para estar tan hinchado debe haber bastante dentro de mí.

Para los que todavía no os habéis dado cuenta, yo soy un bebote. ¿Y sabéis que es lo que eso significa? Que tengo que ser el primero en todo. Tengo que ser el ser más especial de esta casa, y además, tienes que estar para mí cuando necesites mimos. Y te compensaré, te lo prometo. Cuando tú estés mal, te aseguro que me pondré con la tripa bocarriba para que me acaricies, o te traeré una pelota para que me la puedas lanzar.



domingo, 10 de mayo de 2015

Verano perruno

¡Guau!

¡Que ya está llegando el veranito! Esa época de sol y calor en el que mis dueños no tienen excusa para no sacarme a cualquier hora a dar largos paseos. Esos días en los que mi hermano me saca a la calle cuando llega de madrugada. Esos meses en que todos están más por casa y pueden acariciarme más al mismo tiempo que tengo más premios.

¿No son los mejores meses del año? Por si fuera poco, durante el verano de hace dos años cambió mi vida. Me sacaron de mi antigua casa para traerme a esta.

¿Pero sabéis cuáles son las dos cosas que más me gusta hacer en verano en mi casa? Tomar el sol y revolcarme en la arena.

jueves, 7 de mayo de 2015

¡Soy Siri!


¡Alaaaaa! ¿Para esto sirve esta cacharro? ¡Si lo llego a saber¡no hubiera roto el anterior de mi dueño!

No sé si me conoceréis o no, pero me llamo Siri, y soy la mejor perra del mundo. Espero que mi hermano haya hablado un poco de mí, pero con lo vago que es no sé ni siquiera como saca la energía para sentarse aquí a escribiros un poco.

A ver, a ver, ¿cómo podría describirme? Tengo ocho meses y soy muy divertida. Nací de una madre podenca y un padre rottweiler, sin embargo, eso mi familia lo descubrió más tarde. Cuando tenía un escaso día de vida, una chica a la que no conocía de nada me separó de mi madre y de mis hermanitos. Algunos pensaréis que eso me hizo sentir miedo, pero no, todo lo contrario, dio lugar a la primera aventura de mi vida.

Me llevaron a una casa muy grande. Allí vivía un chico y dos chicas, además de otro perro como mamá, solo que este aún no había dado a luz. Después ya me enteré de que los machos no pueden hacerlo…



sábado, 2 de mayo de 2015

Los tres perros abandonados

¡Guau!

¡Hoy no he tenido paseo mañanero! ¿Sabéis qué ha hecho mi hermano? Me ha cogido a mí y a la otra por la mañana y nos ha engañado. Me siento totalmente estafado. ¡Así no se hacen las cosas! O al menos eso fue lo que pensé al principio…

Como todos los días en los que no tiene clase, lo primero que hizo mi hermano al despertarse fue llamarnos a ambos. ¿Habéis visto lo bien enseñado que le tengo? Estoy a punto de hacer dos años aquí. Creo que poco a poco me estoy volviendo un estupendo adiestrador de humanos.

Rápidamente nos vestimos y nos preparamos. Lleva ya dos días con ello, pero me encanta ver la cara de enfado de Siri mientras le ponen su nuevo arnés. Ya no soy el único que no puede tirar, ¿eh?. ¿Te acuerdas de cómo te reías de mí? Pues que sepas que quién ríe último ríe mejor, y creo que mis carcajadas se mezclan a la perfección con el sonido de tus lloriqueos. Como lo estoy gozando.

Salimos a la calle. ¡Estábamos yendo a jugar al descampado! Podríamos jugar a que mi hermano tirase la piedra y fuese el mismo a por ella, porque yo no estoy hecho para correr. A mí lo que de verdad me gusta es la exploración. Investigar todos los recovecos que encuentre para intentar cazar unas lagartijas. Os diría que me las como y eso, pero no, las mato solo para divertirme, y para demostrarme a mí mismo que, a pesar de ser gordo, sigo siendo toda una fiera. Tras ello suelo ir a ver a mi hermanito para que me rasque la tripita. Pero con cara de malote. Él me rasca y yo le chupo, es un pacto de hombres duros.


sábado, 25 de abril de 2015

¡Buenas noticias!

¡Guau!

Hoy vengo con muy buenas noticias, y es que os puedo asegurar que ha sido uno de los días más felices de mi vida.

Bueno, realmente tenemos que remontarnos primeros una semana atrás. Cada cierto tiempo me toca ir al veterinario. Eso de estar malo y tener que estar sometido a un tratamiento es lo que tiene, que si paseo para aquí, que si ahora al veterinario…



domingo, 19 de abril de 2015

Clases de baños

¡Hoy ha sido día de baño! ¿Sabéis? Desde que vivo con mi familia he tenido dos tipos de baños según sea invierno o verano.

En invierno es un rollo. Para poder limpiarme me meten en un especie de recipiente grande en el que, al apretar una palanca, empieza a llover. La primera vez quedé impresionado. ¡Mi familia podía hacer llover! Recuerdo ese día en el que me engañaron y me hicieron entrar ahí…

Yo estaba tranquilamente sentado en mi sofá, viendo pasar el tiempo. El rato entre paseo y paseo es muy largo, no entiendo porque no me sacan más a menudo, si ni siquiera están haciendo nada interesante. Una se tira a ver la caja de las imágenes, otro se encierra en su cuarto con libros… ¡Vez más la calle! ¡Ahí es donde está la verdadera felicidad! Menos mal que cada cierto rato me paso por donde estén para entretenerles un poco. Bueno que me lío, que ese día una llamada desde arriba de las escaleras llegó hasta mis oídos.

Habían dicho «Koko« y «premio» en la misma frase. ¡Tenía que subir lo más rápido posible! Y así lo hice. Mi madre y mi hermanito me miraban con un cara muy extraña pero, ¿qué mas dará?, habían dicho premio. Igual caía una salchicha y todo. La verdad es que me la merecía. Esa mañana me había portado muy bien, si os contase la cara que pusieron esos cuatro perros cuando les gasté la broma de querer sacarles las tripas…



sábado, 11 de abril de 2015

Estoy enfadado

Uff… Guau… Uff… Agg… tengo ganas de comerme a alguien. No te acerques mucho a mí hoy que estoy un poco irascible.

Hoy ha sido un día de perros (¿o debería decir de otra clase de animal?, realmente, la humanidad mejoraría mucho si su única preocupación fuera salir a la calle a correr). ¿Sabéis lo que me han hecho? Me han dejado de lado. Me han faltado al respeto en mi propia cara. Y mañana seguro que vendrán a acariciarme y a que les abrace, ¿verdad? ¡Pues no!

Esto se ha acabado para siempre. Que se vayan con ella. Total, ¿es más especial, no? Siri vámonos a Alcobendas, Siri vámonos otra vez de paseo… ¿Pero y yo qué? Yo estaba mucho antes. Me merezco más cariño. Yo soy el especial.





domingo, 5 de abril de 2015

Período de exámenes

Puff, si yo os preguntase cuáles son los dos meses que menos me gustan del año, ¿cuáles diríais? No tengo ninguna duda. Son enero y mayo. En esos meses estoy de exámenes…

Bueno, si, soy un perro, cómo ya os dije hace unos días, pero eso no quiere decir que no esté recibiendo una formación al más alto nivel, o como si la estuviese teniendo, porque mi hermanito tiene la mala costumbre de subirme a su cama y hablarme cada vez que tiene que preparar un examen. ¿Os lo podéis imaginar?

Me he pasado todo el mes de enero pasado durmiendo al son de Derecho Penal, de Derecho Internacional Público, de Derechos Reales… ha sido una experiencia malísima.

Y yo le miraba eh, le miraba todo el rato. Le decía claramente con mis gruñidos que me quería ir. Me ponía delante de la puerta y la golpeaba con la pata. Y nada. Él no me hacía ni puñetero caso. Que si papeles por aquí, que si este tema no me sale, que si estoy cansado Koko… ¿Qué tú estás cansado? ¿Y yo? ¿Yo por qué tengo que aguantarte así? No tienes salchicha, no me acaricias… solo me estás dando ganas de dormir. 



Y al final pasaba. Cerraba los ojos y me quedaba sopa. Aunque os mentiría si os dijese que todo era malo, porque para nada lo era. Entre tanta palabrería y términos que no me inspiraban nada caían abrazos, me rascaban la tripa, me tocaba mi cabecita… y me hablaba. Decía Koko muchas veces. Sobre todo cuando estudiaba Derecho Penal. Lo único hermanito, es que a veces lo pronunciabas mal. Se dice «Ko-ko», no «Do-lo». ¡Que a veces se te iban las palabras!

¡Mirad el lado bueno! A este paso, dentro de muy poco tiempo, estaré preparado para enfrentarme al examen de selectividad. Tengo muchas ganas de ir a la Universidad. A veces incluso sueño con ella. Y es que quiero comprobar si son ciertas todas esas leyendas que hay a su alrededor. Si es verdad lo que me han contado, ¡hay una cafetería con comida en cada edificio! ¡y algunos tienen incluso dos o tres! Ya entiendo porque mi hermanito va todos los días a ella. Si es que se lo tiene que pasar pipa.



Algún día. Por ahora sigo preparándome. Voy a ser el mejor perro abogado del mundo. Ya veréis. Algún día yo te defenderé, y solo te pediré salchichas y que me rasques la tripita. Si todas esas penas que mi hermano me contaba consistieran en premiar a la gente cuando actúa bien en lugar de solo castigarla el mundo sería un lugar mejor. 

Vosotros los humanos seguid actuando como lo hacéis, que yo, mientras tanto, pienso seguir durmiendo en la cama de mi hermanito, lo haga bien o lo haga mal, porque no hay nadie que no se merezca que le quieran cuidar.



sábado, 28 de marzo de 2015

Soy un perro

Chicos, tengo que contaros una cosa muy importante: «Soy un perro».

Sí, sé que muchos no os lo imaginabais, ni a mí mismo me pasaba. Pero la verdad es esa y tengo que aceptarla. No soy una persona. Soy un perro. 

Me ha costado dos años darme cuenta. Al principio me parecía raro que todo el mundo anduviese con solo dos patas cuando es demasiado incómodo. Es mucho más cómodo utilizar las cuatro.



Lo siguiente que me hizo dudar era el porqué de que todas las personas comiesen en una mesa y a mí me tocase siempre el suelo. Era muy extraño imaginarse la razón de que prefiriesen estar estrujándose la espalda en esas cosas que llaman sillas en vez de estar a ras de suelo. A mí me queda a la altura de la boca todo.

Por si no fuese todo esto poco, yo siempre salía atado con una correa a la calle. Hasta ahora pensaba que era yo quién ataba una cuerda a ellos. Tenía claro que era yo quién les sacaba a la calle. Pero ahora sé que el que iba a atado era yo. He vivido engañado mucho tiempo.

Lo que durante mucho tiempo me pareció un entrenamiento para cuando mi familia y yo decidiésemos tener una mascota parece ser que ha sido una gran nube que me he montado en mi cabeza. Siempre que salía con ellos íbamos a sitios con perros. A mí nunca me han gustado esos sitios. Prefiero estar tranquilamente con gente de mi especie… bueno, ahora no es mi especie, son humanos. Pero es que los perros son pesados y no me dejan en paz. 

Yo pensaba que íbamos a estos sitios solo porque dentro de poco teníamos pensado adoptar un perrito y así nos familiarizábamos con la gente. Es más, cuando llegó Siri estuve seguro de que estaba en lo cierto. Ahora parece que me han estado paseando a mí, que me sacaban a jugar a mí, y que no soy una persona…

Pero a mí siempre me ha gustado sentirme especial. ¿No soy único? ¿Soy uno más? Yo no quiero ser uno más.

Aunque ahora si me paro a pensar, me doy cuenta de que no soy uno más. Me han hecho sentirme especial todos los días desde que me conocen. Todos los días han sacado ratos para salir a jugar conmigo. Todos ellos han estado tumbados a mi lado cuando había frío y me han abrazado cuando tenía pesadillas. Cuando me mordieron y me lesionaron estuvieron pendientes de mí a todas horas.



Me dejan subir a dormir con ellos y se despiertan pronto los fines de semana para sacarme (y si un día se olvidan que soy especial y deciden quedarse durmiendo más rato, no os preocupéis que pronto les recuerdo lo único que soy llamando a su puerta).

Yo he encontrado a esas personas especiales que me quieren y me cuidan por cómo soy, no por lo que soy. A ellos únicamente les importa mi interior. Solo quieren quererme y que les quiera. 

No sé si soy único o hay muchos como yo, lo que sí que sé con certeza es que me hacen sentir así todos los días de mi vida.

¿Y vosotros ya habéis encontrado a quién os hace sentir como si fueseis lo más especial del mundo?


sábado, 21 de marzo de 2015

Cuando Koko conoció a Cone

¿Sabéis? Hoy venía raudo y dispuesto a contaros como conocí a mi hermanita, a Siri. Lo que pasa es que si tengo que hablar de hermanos hay uno que tiene preferencia. 



Fue mi primer hermano y era mayor que yo. A pesar de que era unas diez veces más grande que él nunca me tuvo miedo. Se acercaba, me olía e incluso, en muchas ocasiones, llegaba a chupar mi nariz cuando me ponía a olisquearle.

Él era Cone, y era un conejo.