¡Guau!
¡Hoy no he tenido paseo mañanero!
¿Sabéis qué ha hecho mi hermano? Me ha cogido a mí y a la otra por la mañana y
nos ha engañado. Me siento totalmente estafado. ¡Así no se hacen las cosas! O
al menos eso fue lo que pensé al principio…
Como
todos los días en los que no tiene clase, lo primero que hizo mi hermano al
despertarse fue llamarnos a ambos. ¿Habéis
visto lo bien enseñado que le tengo? Estoy a punto de hacer dos años aquí.
Creo que poco a poco me estoy volviendo un estupendo adiestrador de humanos.
Rápidamente
nos vestimos y nos preparamos. Lleva ya dos días con ello, pero me encanta ver
la cara de enfado de Siri mientras le ponen su nuevo arnés. Ya no soy el único que no puede tirar, ¿eh?. ¿Te
acuerdas de cómo te reías de mí? Pues que sepas que quién ríe último ríe mejor,
y creo que mis carcajadas se mezclan a la perfección con el sonido de tus
lloriqueos. Como lo estoy gozando.
Salimos
a la calle. ¡Estábamos yendo a jugar al
descampado! Podríamos jugar a que mi hermano tirase la piedra y fuese el
mismo a por ella, porque yo no estoy hecho para correr. A mí lo que de verdad
me gusta es la exploración. Investigar todos los recovecos que encuentre para
intentar cazar unas lagartijas. Os diría que me las como y eso, pero no, las
mato solo para divertirme, y para demostrarme a mí mismo que, a pesar de ser
gordo, sigo siendo toda una fiera.
Tras ello suelo ir a ver a mi hermanito para que me rasque la tripita. Pero con
cara de malote. Él me rasca y yo le chupo, es un pacto de hombres duros.
Llegamos
hasta la valla y, ¿adivináis que es lo que encontré? Este cartel: «Tres perros abandonados». Mi hermanito
me miró con cara de circunstancia. ¿Qué era esto? Empujamos la puerta y miramos
dentro. Había tres perros corriendo de
un lado a otro de la verja, persiguiendo a cada persona para ver si
identificaban a su dueño. ¿Los habían abandonado de verdad?
Mi
hermano buscó aparato para hablar a distancia, un cacharro que un día de estos
tengo que robar, que le he visto más de una vez pidiendo comida a través de él,
y se dio cuenta de que se lo había dejado. Dio
un par de tirones y nos puso a correr camino a casa. ¿Pero y el juego? ¿Por
qué corremos? ¡Vamos a comérnoslos! Son tres presas frescas.
Y me
dejó en casa. Yo le miraba pero parecía que no me estaba haciendo caso. De
pronto me había vuelto invisible para él. Corrió de un lado a otro, cogió el
cacharro para pedir comida y se fue.
¿Qué
acababa de pasar? Miré a Siri para ver si ella me lo explicaba, pero solo se dedicaba a morder su arnés, mientras
intercalaba gruñidos llenos de furia con lloriqueos que hubiesen hecho ceder
hasta al perro más duro. Pero a mí no. Me has roto juguetes, camas y mi manta,
ahí te quedas.
Me
quedé en el porche esperando. Tarde o
temprano alguien tendría que levantarse y sacarme. Tic, tac, tic, tac… pero
nada. Me quedé ahí tirado por lo menos dos horas más.
Al
final volvió mi hermano y me cogió. Entonces me lo explicó todo. Esos perros no habían sido abandonados, sino
que se habían perdido la noche pasada. Había llamado a los de los coches con
luces azules y estos habían llegado con una mujer. Era su dueña y estaba muy
preocupado por ellos. Me dijo mi hermano que los vio, los abrazó y se los llevó
a casa.
Recuerdos
del pasado vinieron rápido a mi mente. A
mí sí que me habían abandonado y nunca volvieron a por mí. Me dejaron
tirado por la calle como si fuese un mísero gato. Tuve que estar de un sitio
para otro hasta que al final me salvaron en ese albergue… No puedo todavía ni creerme la suerte que
tuve. Gracias a ello conseguí abandonar la vida de ese al que le importaba
menos que la cena que iba a ponerse ese día y llegué a donde estoy ahora, donde
me quieren tal y como soy.
No
lo dudé ni un momento. Fui a abrazar a
mi hermanito y me tiré encima suya. Estoy en la mejor casa del mundo. Fui a
lamerle la cara para agradecerle todo, pero cuando acerqué mi hocico a su piel
lo noté. Olía a ellos. «¿Has estado
jugando con esos perros hermanito?»
Me levanté y me fui. Me habrás salvado
pero tengo mi orgullo perruno. Búscame después para el siguiente paseo.
Hola!!
ResponderEliminarAwww es terrible ese perro! jajajaja su orgullo perruno XD
Que bueno que esos tres volvieron con sus dueños.. es lo mejor. Lástima que muchos no los pierden y sólo los dejan..
Saludos!!
¡Me alegro de que te haya gustado!
EliminarLa verdad es que la gente que abandona a sus animales me produce repugnancia, pero bueno, esperemos que se legisle de alguna manera para castigar como es debido.
Un saludo.