miércoles, 26 de agosto de 2015

[Siri] Es mi cumple, ya tengo un año

¿Sabéis qué? El martes fue mi cumple, ya tengo un año. Ha pasado muy rápido el tiempo desde que llegué a esta casa en septiembre del año pasado. Durante este período he experimentado como las casas encogen. Cuando llegué apenas podía beber agua y ahora veo como se ha hecho más pequeña hasta la mesa. Antes estaba muy alta, mientras que actualmente con solo levantarme puedo coger cualquier cosa que haya en ella.



Además, El Gordo, o bueno, Koko, me respeta más. Ya sé defender mi comida, aunque la mayoría de las veces me la sigue quitando cuando estoy por ahí jugando. Eso sí, soy bastante más inteligente que él, que no sabe distinguir quién tiene un chicle para ir a pedirle. Se equivoca de persona… Es tan tonto que yo creo que no puede considerarse ni perro. Solo sabe recibir abrazos.

jueves, 20 de agosto de 2015

[Koko] Zanahorias

¿Sabíais que existe una cosa naranja que se llama zanahoria? Yo la descubrí el otro día y os la recomiendo. ¡Está riquísima! Cuando la tienes en la boca y la masticas sientes como cruje a la vez que el sabor te impregna las papilas gustativas. Además, ¿habéis visto su color? ¡Es naranja, NARANJA!



Todo sucedió hace unos pocos días. Mamá, la otra y yo íbamos de paseo. De pronto Mamá nos miró y nos dijo que tenía que entrar un momento en la tienda, que nos dejaba en la puerta pero que saldría pronto. «Genial, otro rato más aguantando a esta», pensé. Mamá se metió y la otra empezó a lloriquear, como siempre. Y dale… hasta que no salió no paró de molestar. «¡Me das dolor de cabeza!»; «¿Qué eres? ¿Una radio o una perra?». Lo que tengo que aguantar.

jueves, 13 de agosto de 2015

[Siri] Yo también soy especial

No, no, no, ya está bien. No me dejan tranquila. Haga lo que haga tiene que haber alguien que me diga «no». Y además no te creas que lo hacen con cariño, para nada. Me gritan todo el rato. ¿Pues sabéis qué os digo? O me lo pedís correctamente o voy a seguir haciendo lo que quiera.

No me dejáis ser feliz, no puedo hacer nada. Si muerdo la zapatilla «Siri, no muerdas la zapatilla»; si lo hago con el sofá «Siri, deja tranquilo el sofá»; si salgo corriendo y salto a recibiros «Siri, aléjate, haces daño, tienes las uñas muy largas»… ¡Y así con todo! ¿Qué pretendéis conseguir? ¿Que sea tan dócil y tonta como Koko? Ni hablar. Su vida es aburrida. Consiste en tumbarse en el sofá e irse a al suelo cuando se cansa. Anda lento, como si los años le pesasen. Además es un gruñón mimado. ¿Por qué a mí no me queréis tanto como a él?



A él nunca le reñís, da igual lo que haga. Os dais cuenta de que me quita los premios y vosotros solo os reís. Claaaro, cómo es el primero que llegó, pues para él todas las ventajas. Que sepáis que cualquier día cojo la puerta y me voy. ¡Ya está bien! Exijo mis derechos. Quiero que me acariciéis la tripa como lo hacéis con él. Que os riáis de mis gracias y que juguéis conmigo siempre que quiera. Que me dejéis meterme en las habitaciones y tumbarme con vosotros. Él nunca tiene problemas en entrar a ningún sitio y yo casi siempre veo como cerráis la puerta delante de mi morro. No es justo. Yo no soy mala.

En él solo os fijáis en lo bueno, mientras que en mí en lo malo. Cuando salimos a pasear, él tira y yo no lo hago. Ladra a todos los perros que nos cruzamos y me impide acercarme a conocerles y jugar. ¿Os habéis dado cuenta de que él no tiene casi amigos y a mí todos me quieren? ¿Y vosotros? ¿Por qué le preferís a él?



Además él tiene la comida mucho más rica. A mí me cambiáis de marca todo el rato y ninguna es ni medio comestible. Sin embargo, él tiene todos los días su manjar de pienso especial. Yo también quiero comer de eso… ¿Y ese premio que le dais todas las mañanas y noches? Sí, sí… ¡ese que llamáis «pastilla de la vida»! Yo no sé que significa «vida», pero tiene que ser muy sabrosa si Koko se la quiere comer siempre.

¿Y cuando me quita mis juguetes? Lo hace delante de vuestros ojos, y no hacéis nada para evitarlo. Cada vez que voy a jugar a tirar, aparece él y me lo roba. Yo pienso que quiere divertirse conmigo y por eso siempre hago un poco de fuerza, pero él lo que quiere es que no le moleste, así que me gruñe y me pega con la pata en la cabeza hasta que lo suelto. Os estáis equivocando de mascota favorita. Yo nunca os voy a dar tantos problemas, pero claro, como el niño vino de un albergue con traumas se lo perdonamos todo, ¿no?



Quiero que la próxima vez que me quitéis un juguete, que me riñáis, o que veáis como me quitan un premio, penséis en que yo también tengo sentimientos, en que también soy especial a mi manera. Siento mucho que no me hayan pegado y abandonado como a él, pero también quiero que me cuiden.

Siri


jueves, 6 de agosto de 2015

[Koko] ¡Me ha picado una araña!

Ya no puedo pasear tranquilo. Cada día me quitan más placeres. ¿Qué será lo siguiente?

Desde el día que os conté que se me habían clavado varias espigas en las orejas no he vuelto a pasear por el bosque. Mi familia dice que lo hacen por mí, pero yo no les creo. Estoy seguro que es el calor lo que les hace estar perezosos, porque si no, ¿para qué vamos al vallado, donde hay tantas espigas?



Ahora casi siempre voy atado. Hermanito me dice que él prefiero estos paseos. Nos movemos los dos y no estamos parados bajo el sol del descampado. Lo entiendo y por eso no me quejo. Además estoy alejado de todos esos problemas que he experimentado durante mis tres años… o eso creía.